Dependencia a la aprobación, la raíz de un gran mal.
- Una voz diferente
- 2 dic 2020
- 4 Min. de lectura
Todos actuamos por acciones aprendidas, es algo hasta cómico, cómo nuestra personalidad o manera de proceder viene de una recopilación de acciones de distintas personas. Quiere decir que ese dicho de que "El que anda con cojo al año cojea" debemos de darle un poco más de importancia.
Dirán, ¿A qué viene esto con el tema anterior?, pero si pensamos un poco en ese dicho nos damos cuenta que va más ligado de lo que creemos. La dependencia a la aprobación también puede ser una acción aprendida de nuestros padres, primos, tíos y amigos. Aún más, en la etapa de esponja como tienden a decir los expertos, la niñez. Es la etapa en la cual carecemos de identidad propia y tomamos lo que vemos alrededor.
Por este mismo hecho, muchas veces pensamos que nuestra dependencia a la aprobación nació en la adolescencia, y puede ser que sí, ya que cada caso es totalmente diferente. Pero mayormente este problema radica en la niñez, cuando somos más vulnerables.
Para no alargar más el tema, vamos a ver diferentes escenarios, para que en este blog podamos ir más cerca o detectar de dónde nació nuestra dependencia a la aprobación. Los escenarios los trataremos por casos, para que sea de mayor facilidad y entendimiento.
1er Caso.
Cuando nuestra falta de aprobación proviene del hogar.
[Este es el caso más complejo y delicado, porque todos venimos de familias con valores y costumbres distintas, por ende, las situaciones que se producen son diferentes en cada hogar. Tomé dos de los temas más comunes por la cual puede nacer esta situación y así llevarlos más cerca de la raíz].
Cuando vivimos con alguien que es exigente al punto de exigirte en todo tiempo, a veces hasta más de lo que puedes dar en ese momento; tampoco reconoce tus esfuerzos porque considera que podías haber dado un poco más y lograr la excelencia o lo extraordinario. Estas exigencias y falta de reconocimiento van provocando en nosotros un deseo de hacer sentir orgulloso a esa figura paterna, que más adelante mientras pasen los años será una dependencia a la aprobación de una persona que tenga un puesto de autoridad.
Pero esto no queda aquí, el párrafo anterior menciona cómo acciones internas del hogar nos llevan a la dependencia. Ahora quiero que echemos un vistazo a cómo nos afectan las acciones de esa figura de autoridad con dependiente a la aprobación. Ya que somos producto de lo aprendido y/o enseñado por nuestros padres.
A la hora de ir creciendo imitamos la forma de caminar, vestirse y hasta hablar de nuestros padres. Aún más su manera comportarse ante los demás, y que gran problema se nos presenta cuando estos tienen una autoestima cuestionable; nuestra inocencia no nos dejaba ver esas faltas, las absorbemos y la hacemos parte de nuestra personalidad. Cuando esto sucede y detectamos que mamá o papá tienen dependencia a la aprobación y de ahí deriva la nuestra, no solo nosotros debemos trabajar para superarlo, sino debemos ayudarlos sin cuestionarlos o acusarlos a salir de esa cárcel emocional. Porque así como la nuestra fue una acción aprendida, la de ellos puede ser igual.
Los ejemplos de un padre con dependencia a la aprobación son igual que las nuestras, quizás ellos al ser más maduros han ido actuando de una manera diferente a la que cuando eramos niños. Pero esa necesitad de quedar bien, de no ir en contra al estereotipo, de que no piensen mal de ellos, etc; sigue siendo la misma. Y partiendo de esto podemos detectar cual de nuestros padres tiene esta carencia y de cual de ellos la absorbimos, para en un futuro no muy lejano cuando ya hayamos atravesado y/o madurado más en esta área, ayudarlo/la a salir de esta triste situación.
2do caso.
Cuando mi dependencia a la aprobación proviene de un familiar cercano.
Esto principalmente se produce en personas que provienen de familias muy unidas, en la cual la opinión de todos es más que importante o al menos eso nos enseñan. Cuando hay un familiar que solo tiene comentarios negativos sobre nuestro carácter, forma física, creencias o pensamientos; esto va produciendo en nosotros una necesidad de obtener un comentario positivo de esa persona y eso cada día más se va convirtiendo en una cruz, produciendo la dependencia a la aprobación de las personas más cercanas a nosotros.
3er caso.
Cuando mi dependencia a la aprobación proviene de un amigo.
Cuando la dependencia a la aprobación proviene de un amigo es porque hay otros problemas detrás, puede ser falta de atención en el hogar, no sentirse cómodo en el ambiente familiar y por ende tomamos a ese amigo o amigos como parte importante de nuestra vida. Y eso quiere decir, que sus acciones y palabras tienen valor para nosotros, entonces ahí inicia la travesía, ya que como sentimos ese apoyo, compresión y amor de esa persona tendemos a volcarlo a querer obtener su aceptación en todo lo que concierna a nosotros. Dando vida a la dependencia de todo aquel que este en nuestro ambiente social.
De manera no muy extensa quise que veamos las diferentes raíces que puede tener nuestra dependencia a la aprobación; no se si notaron que a final de cada caso les puse en negrita diferentes tipos de dependencia a la aprobación. ¿Por qué hice esto? porque no todos necesitamos la aprobación de un ente social, muchas veces es solo de una figura de autoridad o familiar.
Aquí resumiré los casos anteriores de una forma más llana.
1. Cuando la dependencia de aprobación es aprendida o generada por uno de los padres tiende producir: Descendencia a la aprobación de una figura de autoridad.
2. Cuando es producida por un hermano, tío etc; tiende a producir: Dependencia a la aprobación de personas cercanas.
3. Cuando es producida por un amigo tiende a producir: Dependencia a la aprobación de nuestro ambiente social.
Aunque los últimos puedan parecerse no es así, porque podemos necesitar la aprobación de nuestros familiares y no de amistades o allegado y viceversa.
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